El 1 de septiembre de 2016 eliminé todas mis cuentas de
redes sociales, mi intención primordial era desaparecer, atravesaba una de las
crisis emocionales más grandes luego de que intentara matarme en abril de ese
mismo año, pero esta vez no quería morir. Para
mantener a raya la necesidad de contacto con otros seres humanos que solía
frecuentar, escribí estos 36 escritos uno por día, donde relato como me siento,
que deseo, que sueño.
Al terminar estos 36 días habré dicho adiós, no a la vida, sino a la muerte
No para morir sino para renacer.
Al terminar estos 36 días habré dicho adiós, no a la vida, sino a la muerte
No para morir sino para renacer.